El derrame de combustible en una planta de producción de agua potable acarreó una grave emergencia hace un tiempo en la ciudad de Osorno, dejando a esa comuna sin abastecimiento de suministro por 10 días, lo que provocó una crisis difícil de olvidar para la industria sanitaria.
En ese escenario surgen análisis y cuestionamientos respecto de qué tan preparados estamos en Aguas Antofagasta para afrontar una contingencia de esas características.
“Nuestros protocolos de acción en toda la línea de producción y distribución de agua potable son muy estrictos y apegados a las normas de seguridad y estándares internacionales, a lo que sumamos chequeos permanentes de cumplimiento y procesos de mejora continua de procedimiento que impidan que situaciones como la ocurrida en el sur de Chile nos pase a nosotros” explicó Carlos Méndez, gerente general de la sanitaria; quien agregó además que en particular la emergencia ocurrida en la región de Los Lagos, provocada por el vertimiento de combustible a un pozo de abastecimiento de agua potable no es viable que ocurra acá, porque los procesos de captación y producción de agua son diferentes. “En la práctica ese tipo de negligencias operativas no podría ocurrirnos”, aclaró.
Lo que viene
Nuestra sanitaria tiene plena conciencia que la emergencia de Osorno ofrece una oportunidad para revisar todos los protocolos de acción y visualizar las potenciales amenazas en los sistemas productivos, de distribución y también de recolección y tratamiento de aguas residuales para adelantarse y evitar contingencias de alto impacto en la comunidad.
Particularmente en la región de Antofagasta se suma la variable de aumento sostenido de la población, lo que invita a aumentar infraestructura y robustecer la existente para afrontar este desafío de servicio que implica el crecimiento.
“A partir de las inversiones realizadas en los recientes años, estamos desarrollando un plan de inversiones de corto plazo, para seguir alineándonos con el crecimiento poblacional de la región, con un horizonte de tres años. De hecho actualmente tenemos en ejecución obras de infraestructura que superan los 195 mil millones de pesos en todas las comunas que atendemos”, explicó el gerente general.
En ese plan tenemos la nueva planta desaladora para abastecer la comuna de Tocopilla, obra que permitirá cubrir el 100% de la demanda, al tiempo de estar respaldada por los sistemas productivos cordilleranos en caso de requerir dicha cobertura para asegurar suministro permanente.
En tanto, en Antofagasta avanzan las construcciones de dos nuevos estanques de almacenamiento para contar con reservas adicionales en caso de emergencias. Además de recambios y refuerzos en la red de agua potable y alcantarillado.
Para Calama se ejecutan a la par obras de aumento de capacidad en la planta de filtros Cerro Topater, además de asegurar el respaldo de agua en caso de emergencia con la habilitación de 600 l/s en caso de una emergencia con la construccion de una obra en el embalse de Conchi. Un proyecto que cuenta con una estación de bombeo e impulsión que nace de una alianza público – privado, consiste en aumentar la capacidad de captación e impulsión del embalse con la finalidad de asegurar el abastecimiento de agua potable de la región en situación de emergencia o catástrofe natural, derivadas principalmente del Invierno Altiplánico.
Para Mejillones realizamos obras que se concentran en mitigar los impactos generados por episodios de turbiedad y discontinuidad en el servicio, por ello los recursos se están concentrando en reforzar la aducción, con la renovación de cinco kilómetros de tubería para asegurar la continuidad. Además se suma el mejoramiento de la impulsión, la habilitación del estanque elevado y otra serie de inversiones en mantención, limpiezas e inspecciones de infraestructura dentro de la comuna.
En Taltal llevamos a cabo la construccion de la nueva planta desaladora modular, que aumentará la seguridad en el abastecimiento y permitirá potenciar nuevos proyectos inmobiliarios y productivos.
Fortalecer el sistema de producción y distribución de agua potable, así como el de recolección de aguas servidas, ha sido el foco de acción en los últimos años de gestión. Este nuevo impulso significó inyectar casi $120 mil millones en nueva infraestructura sólo entre 2015 y 2018 y que sin duda se traducen nuestro compromiso con cada uno de sus clientes.