El arsénico es el elemento que más preocupa por encontrarse en altas concentraciones y de manera natural en ríos y fuentes subterráneas. De acuerdo con los estándares de las normas de calidad de agua potable, vigentes a nivel nacional e internacional, el agua potable distribuida por la empresa cumple con todas las exigencias que garantizan un consumo seguro para las personas. Es así como el agua potable alcanza a 0,01 ppm (partes por millón), nivel de seguridad recomendado por la Organización Mundial de la Salud y contenido en las normas de calidad de agua potable de las naciones europeas, que coincide con el actual parámetro de la Norma de Calidad de Agua Potable Chilena (NCh N° 409, oficio 2005).
El alto contenido de arsénico verificado en el agua potable de la ciudad de Antofagasta, en la década del ’60 del siglo pasado, se debió a que el año 1958 entró en funcionamiento la captación Toconce, que con un mayor caudal satisfizo la creciente demanda de agua de sus habitantes, pero que a la vez incrementó los niveles de arsénico en el agua de la ciudad, alcanzando, entonces, una concentración de 0,8 ppm (partes por millón).
Antecedentes , indican que antes de 1958, la ciudad de Antofagasta era abastecida con agua proveniente del río Siloli, que poseía un contenido de arsénico de 0,09 ppm.
Lo que se llamó crisis de la salud pública, explotó en la ciudad de Antofagasta en 1967, casi 10 años después de haber entrado en funcionamiento la captación de agua en el río Toconce y cuando la ciudad era abastecida casi exclusivamente por esa fuente.
Luego de la alarma pública que provocó la situación, sumado al pronunciamiento de estudios científicos que daban cuenta de los efectos en la salud por un alto contenido de arsénico, las autoridades de gobierno de la época construyeron, en 1970, la primera planta de filtros para el abatimiento de arsénico, ubicada en el Kilómetro 12 de Antofagasta. Esta planta redujo de manera inmediata el contenido de arsénico en el agua potable desde 0,86 ppm a sólo 0,12 ppm; es decir, una disminución de 7,16 veces. Es pertinente señalar que la Norma Chilena estableció, en aquel entonces, un contenido máximo de arsénico de 0,12 ppm, cumpliéndose con lo que la norma de calidad especificaba.
En fechas posteriores, 1978 en Calama y 1989 en Antofagasta, se ponen en funcionamiento nuevas plantas de abatimiento de arsénico (plantas de filtros) que permiten purificar el mayor caudal de agua que exigía la creciente población de las ciudades. A la vez, las autoridades del país modifican, en 1984, la norma de calidad de agua potable, que a contar de entonces, fija la concentración máxima permitida de arsénico a 0,05 ppm.
En 1998, con la entrada en funcionamiento en Taltal de un nuevo pozo que elevó el contenido de arsénico en dos décimas sobre la norma (0,07 ppm), se puso en funcionamiento una planta de abatimiento de arsénico. Hasta ese entonces, el agua potable de esa ciudad no había requerido este tratamiento, ya que este metaloide se encontraba, en forma natural, dentro de la norma.
El año 2004, tras un proceso de investigación y de pruebas, Aguas Antofagasta toma la decisión que se ha mantenido hasta hoy y comienza a producir agua potable con una concentración de arsénico de 0,01 ppm, pese a que en ese entonces, la norma chilena permitía una concentración 5 veces mayor (0,05 ppm). Este cambio, que en palabras se siente como algo sencillo, implicó un gran esfuerzo tecnológico de parte de los profesionales y técnicos de nuestra empresa, quienes se abocaron a la optimización de los procesos en las plantas de filtros. Junto a ello, se debe considerar el esfuerzo económico realizado, ya que los mayores costos en que se debe incurrir no han sido traspasados a tarifa. En 2005, se actualiza la NCh 409, mediante el Oficio 2005, que actualiza a nivel nacional la norma a 0,01 ppm, la misma que Aguas de Antofagasta mantenía desde un año antes.